viernes, 7 de enero de 2011

Cuentos ajenos (IV)


EL TARRO Y LAS PIEDRAS

Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un frasco grande de vidrio y procedió a llenarlo con piedras. Después preguntó a los estudiantes si estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. El profesor cogió una caja piedrecitas, como si fuera gravilla y la vació dentro el interior del frasco. La grava llenó los espacios vacíos que quedaban entre las piedras. El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.

Después el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del frasco. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y volvió a preguntar de nuevo si estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime. El profesor, rápidamente añadió dos tazas de café al contenido del bote y efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena.

Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el profesor dijo: “Quiero que os fijéis que este  frasco representa la vida. Las piedras son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedaran éstas, vuestras vidas aún estarían llenas. La gravilla representa otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche.... La arena es el resto de las pequeñas cosas. Si pusiéramos primero la arena en el bote, no habría espacio para la grava ni para las piedras. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, concédete tiempo para ti mismo, para visitar al médico, ir a cenar con tu pareja, practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, o hacer reparaciones... Ocúpate primero de las piedras, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto sólo es arena”.

Uno de los estudiantes levanto la mano y le preguntó que representaba el café. El profesor sonrío y le dijo: “¡Me encanta que me hagas esa pregunta! El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo”.

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