La última casa de madera
Un viejo carpintero decidió retirarse. Así se lo
comunicó a su jefe que, aunque iba a extrañar su salario, necesitaba jubilarse y
estar con su familia. Su jefe se entristeció mucho con la noticia porque aquel
hombre era su mejor carpintero. Decidió pedirle de favor que le construyera una
última casa antes de dejar de trabajar.
El carpintero aceptó la proposición y empezó la
construcción de su última casa pero, a medida que lo hacía, perdía la ilusión por hacerla. Arrepentido de haber aceptado la
petición de su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que
acostumbraba poner en el trabajo. Cada casa la había construido con gran esmero,
pero ya estaba cansado y sentía que su jefe le había presionado para hacer una
casa más.
Cuando el carpintero terminó la casa, el jefe vino muy contento y le entregó la
llave de aquélla, diciéndole: «Ésta es tu casa.
Es mi regalo para ti y tu familia por tanto años de buen servicio». El
carpintero sintió que el mundo se desvanecía bajo sus pies... Si tan sólo
hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, lo hubiese hecho todo de
una manera diferente.
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