sábado, 25 de septiembre de 2010

Poesía visual (I)


Qué difícil es ver desde el interior de la roca que el cielo azul existe pese a que
suenen las nubes que se rompen al chocar contra el petril que separa el precipicio de la altura.
Aún así, tras la nube, el sol acabará por brillar.



Ajena a todo, la cascada, que se hace miseria, se rompe en pedazos al chocar contra la piedra.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Una estrella más en el cielo

José Antonio Labordeta se ha ido. Ha muerto uno de los grandes. Nos hemos quedado huérfanos de uno de esos hombres que siempre ha defendido la dignidad de la persona por encima de cualquier otra significación. Profesor, autodidacta, viajero, político, pero sobre todo, poeta. Poeta del pueblo, cantautor convencido de que la música, ese idioma universal que nos hace más humanos, era el mejor medio para comunicar aquello que llevaba dentro.
Hace meses tenía su mochila preparada para partir a ese viaje eterno. Su mochila y su guitarra. En el firmamento ya se oye el viejo murmullo de esos viejos árboles.

"Somos como esos viejos árboles
batidos por el viento que azota desde el mar.
Hemos perdido compañeros paisajes y esperanzas
en nuestro caminar.
Vamos hundiendo en las palabras
las huellas de los labios para poder besar
tiempos futuros y anhelados,de manos contra manos
izando la igualdad.
Somos como la humilde adoba que cubre contra el tiempo
la sombra del hogar.
Hemos perdido nuestra historia canciones y caminos
en duro batallar.
Vamos a echar nuevas raíces
por campos y veredas para poder andar
tiempos que traigan en su entraña esa gran utopía
que es la fraternidad.
Somos igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla duros del roquedal.
Hemos atravesado el tiempo dejando en los secanos
nuestra lucha total.
Vamos a hacer con el futuro un canto a la esperanza
y poder encontrar tiempos cubiertos con las manos
los rostros y los labios que sueñan libertad.
Somos como esos viejos árboles."

Hasta pronto compañero. Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad. Tú ya estás en ella.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Dos haces de luz en la montaña

Cuando el velo del cielo es gris, basta un poco de luz para abrir dos huecos en la gran nube. Mientras tanto, la carretera de la vida sigue su curso sin preocuparse ni entender, ni de tinieblas ni de claridades.
Nada es vano. Todo ocurre por algo. Esa luz que rompe la nube es pasajera; es probable que ya ni exista, pero mientras vivió fue placentera, dulce y fácil de contemplar.
Haces de luz hechos de miles de pequeños rayos que se entretejen entre sí; que se rebozan en la llama de ese sol tímido que se esconde no sé tras de qué luna creciente de un verano que agoniza.