Cuantas deudas
tengo contigo…
que no sé como saldar.
Aquí estoy
con mis manos vacías.
No tengo mucho que ofrecerte.
Sólo
el silencio
de la noche
--roto por la tormenta--
para escuchar.
No me has pedido que sea
canción,
ni que sea poema…
ni espuma de mar y arena:
letras de oro y nata
en un playa desierta
para regalar.
Me despistas, Julio, me despistas...
ResponderEliminarCon esa idea va To+
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